Hoy en día, tener una página web ya no es un lujo: es una necesidad. Pero no cualquier página web. Si quieres que tu sitio no solo atraiga visitantes, sino que también los convierta en clientes, necesitas enfocarte en ciertos elementos clave que marcan la diferencia entre un sitio que simplemente existe y uno que realmente vende.
El diseño es lo primero que tus visitantes perciben. Un diseño limpio, atractivo y alineado con la identidad visual de tu marca genera confianza inmediata. Si tu sitio se ve improvisado o desactualizado, perderás credibilidad en segundos.
Cuando alguien entra a tu sitio, debe entender en los primeros 5 segundos:
Una propuesta de valor clara, ubicada en la parte superior (above the fold), es clave para retener su atención.
Ejemplo:
 “Transformamos tus ideas en sitios web que venden. Diseño estratégico para marcas con propósito.”
Un sitio sin llamadas a la acción es como una tienda sin puerta. Necesitas guiar a tu visitante a dar el siguiente paso.
Más del 70% del tráfico web proviene desde celulares. Si tu web no se ve bien en dispositivos móviles, perderás oportunidades importantes.
Un sitio lento ahuyenta a los usuarios. Según Google, si tu sitio tarda más de 3 segundos en cargar, puedes perder hasta el 53% de tus visitantes.
El contenido es el corazón del sitio. No solo atrae a Google, también educa, convence y conecta con tu audiencia.
Las personas compran a quienes les generan confianza. Incluye elementos que respalden tu profesionalismo:
Facilita que los usuarios se comuniquen contigo. El formulario debe ser corto, claro y estar en una sección visible.
Otras opciones:
Si no estás seguro o quieres mejorar tu sitio actual, agenda una asesoría gratuita y revisamos juntos cómo hacer que tu página web comience a trabajar por ti.
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